Solo un artista con recurrente falta de tacto como Omega tiene el tupé de presentarse la misma noche en dos establecimientos nocturnos, uno al frente del otro.
Pues
resulta que el merenguero supuestamente había firmado una cláusula de
exclusividad para presentarse la noche del domingo en la discoteca Wao,
de la zona oriental de la capital.
Sin embargo el propietario del citado centro de diversión reaccionó
indignado cuando se enteró que el merenguero había cantado horas antes
en Euphoria, un club rival que está al cruzar la calle del suyo.
Omega subió a hacer su show pero de buenas a primeras el dueño de
Wao tomó en plena tarima al manager del artista, lo arrastró a la parte
trasera del establecimiento y una vez allí supuestamente le entró a
golpes.
En tanto Omega al enterarse del incidente cuando cantaba hizo una
pausa para exclamar por el micrófono “Yo no tengo que ver con los
problemas de mi manager”.
Dizque a seguidas el mambero bajó de tarima, fue a la parte frontal
de la discoteca, se montó en la cola de un motor y desapareció del
lugar raudo y veloz. O sea Omega dejó abandonado a su leal manager
porque hizo como la rana René al proclamar "eso no es asunto mío".
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